Levin L – mar 2020
Ha llegado una nueva categoría a los mercados de alimentos, bebidas y suplementos: el cannabidiol (CBD), una sustancia extraída del cáñamo.
Muchos consumidores están buscando algún nuevo ingrediente saludable, como parte de la tendencia de $ 450 mil millones de dólares en el cuidado personal. Esta tendencia ha evolucionado continuamente con consumidores que se centran en alimentos ricos en proteínas, extractos botánicos, probióticos y, más recientemente, cannabinoides, incluidos el cannabis y los productos de CBD derivados del cáñamo.
Para poner la oportunidad de mercado de los productos infundidos con cannabinoides en contexto, el mercado actual de snacks en los Estados Unidos ofrece aproximadamente $ 40 mil millones en ingresos anuales.
Este número destaca el impacto que los productos de cannabis pueden tener en la industria que tradicionalmente ha tenido problemas para aumentar los ingresos anuales en más de unos pocos puntos porcentuales. Los fabricantes piensan que es una oportunidad para aumentar los ingresos y la participación en el mercado, aunque persisten desafíos importantes que las marcas deben evaluar y superar.
Aunque la Organización Mundial de la Salud reconoce que en estado puro, el cannabidiol no parece ser nocivo ni tener riesgo de abuso, y por consiguiente, no es una sustancia objeto de fiscalización por sí misma, afirma que debe distinguirse de otros componentes tales como el THC que sí continúa sujeto a regulaciones al igual que el CBD que se venda con fines medicinales. Parece difícil que el consumidor comprenda en forma clara esta diferencia.
Están surgiendo tendencias en productos relacionados con el cannabis, junto con una gran cantidad de datos sobre preferencias y comportamientos de los consumidores. Algunos puntos destacados:
• El 56% de los consumidores de cannabis recurren a estos productos por razones médicas o de salud
• Para ilustrar esta confusión, solo el 22% de los adultos estadounidenses mayores de 21 años entienden el significado del término ‘cannabinoides’ y pueden articular la definición. Además, el 56% de la población de EE. UU. no está segura de la diferencia en los efectos del THC versus el CBD.
• Casi el 60% todavía cree que cualquier producto derivado del cáñamo tendrá un efecto intoxicante o psicoactivo.
Aunque en Estados Unidos la Ley Agrícola de 2018 eliminó el cáñamo como sustancia controlada, la FDA (entidad que regula alimentos y medicamentos) continuará regulando los productos que contienen CBD. Mientras la FDA enfoca la actividad de aplicación en las compañías que hacen afirmaciones de salud sobre el CBD, la posición oficial de la agencia es que el CBD no es un ingrediente dietético legal en alimentos, bebidas y suplementos porque primero se investigó como una droga.
La agencia advierte activamente a los fabricantes que no enumeren sus productos como poseedores de propiedades medicinales y curativas para enfermedades y dolencias específicas. En 2019, la FDA emitió cartas de advertencia a tres compañías que cree que hicieron tales claims.