Vera LM* – Septiembre 2015

La formación nutricional de un público amplio incluyendo trabajadores del área de alimentos es un desafío que requiere conocimientos, recursos y predisposición de las personas a las que va destinada. Los resultados no siempre se evalúan. Comprender los efectos de las acciones que se llevan a cabo permite dirigir y adaptar esas actividades.

La Lic. Lilia Vera tuvo a cargo recientemente la realización de talleres de capacitación alimentaria y nutricional a un público amplio y nos ayuda a conocer detalles importantes de esta iniciativa. Consultada sobre su experiencia, estos son algunos de sus comentarios:

¿Cuál es el perfil de las personas que concurren a las capacitaciones?

Participaron alumnos con estudios secundarios completos e incompletos: aspirantes a la carrera de Licenciatura en Nutrición, trabajadores de cocinas en restaurantes, escuelas primarias y amas de casa.

¿Cuál es el nivel previo de conocimiento que se observa

Los participantes en general, tenían escasos conocimientos sobre nutrición y alimentación e insuficiente capacitación en sus áreas de trabajo.

¿Qué conceptos se priorizan cuando se dispone de un tiempo limitado para trasmitir la información?

El programa incluyó temas como: Higiene Alimentaria, Hábitos Saludables, Guías Alimentarias, Etiquetado de Alimentos, nociones de alimentación adecuada en los distintos grupos étareos, alimentos aconsejados para dietas terapéuticas y alimentación para distintos estilos de vida como vegetarismo y veganismo. Se realizó trabajos prácticos y evaluaciones para cada módulo.

¿Cuál fue la opinión sobre las aptitudes adquiridas por los participantes?

Una de las dificultades, fue el reducido tiempo dedicado a cada módulo. Al no contar con conceptos de nutrición previos, al alumnado les resultaba dificultoso incorporar conceptos, por lo que el resultado no fue satisfactorio.

Este trabajo confirma el escaso nivel de conocimiento que existe en la población general sobre los conceptos básicos de nutrición y de manipulación de alimentos, lo que adquiere mayor importancia cuando se refiere a personas involucradas directamente en la preparación de comidas.

Por lo anteriormente señalado, sería conveniente la incorporación de educación alimentaria y nutricional en todos los niños desde el nivel inicial y la escuela primaria y reforzar los conceptos en la población en general. Además incorporar la capacitación obligatoria de las buenas prácticas de manufactura para los trabajadores que manipulan alimentos

* Lilia María Vera es Licenciada en Nutrición y desarrolló esta experiencia en el Instituto Argentino de Capacitación Laboral, Villa Dolores, Córdoba