González Leal P* – dic 2017
La leche es una de mis grandes incógnitas en la vida tras haber estudiado medicina integrativa, también llamada medicina biológica.
En la actualidad nos enfrentamos ante muchas preguntas, dudas e inquietudes de nuestros pacientes y familiares, que acuden a nosotros en busca de orientación, acerca de los alimentos y de lo mejor para su salud y nosotros en muchísimas situaciones nos encontramos sin respuestas claras y convincentes de lo conveniente o no de consumir.
Es por esto, que dentro de algunos de los estudios realizados en mi vida, los alimentos y sus hábitos han hecho una parte fundamental para mi desempeño como medica; hace 6 años realice un posgrado de homotoxicologia y medicina integrativa, también llamada medicina biológica, donde me encuentro con una forma diferente de ver las enfermedades, sus causas, y los tratamientos de una manera alternativa o complementaria a la medicina que aprendí en mi facultad hace mas de 17 años.
En esta especialidad o alternativa de complementar la medicina encuentro una gran importancia dada a la alimentación, al estado emocional, al manejo del stress, fortaleza mental, relaciones interpersonales y con el ambiente; y en realidad me encuentro mucho mas identificada que en la medicina ortodoxa.
Sin embargo entre mas estudias, mas aprendes y mas vives muchas de las situaciones más se enredan y en momentos no sabes ni qué posición tomar ante ellas.
Mi trabajo diario es en medicina estética e integrativa y todos los días veo personas con su salud alterada desde muchos puntos de vista, entre ellos, la alimentación es uno de los más significativos.
Desde que estamos chicos nos inculcan la importancia de tomar la leche para crecer sanos y fuertes, para nuestros dientes, para nuestros huesos; en mi país (Colombia) el desayuno es diferente al de Argentina, siempre va fruta, huevo, pan y generalmente chocolate con leche; en las onces de la mañana o lonchera siempre va un yogurt o un kumis, que te ayuda mucho para el intestino, en los almuerzos es bastante usual beber jugo que en muchas ocasiones está con leche, y en la cena puede acompañarse de nuevo alguna bebida con lácteo.
Así que en realidad un niño normal en Colombia recibe entre 4 a 5 porciones de lácteos en el día.
Además es muy placentero tener recuerdos hermosos de tu niñez cuando vas a las fincas y tienes la fortuna de ayudar a ordeñar, llevar la leche, ver el proceso de hervirla, de colocar el cuajo, sacar la cuajada, ponerla para hacer el queso, sacar la natas para hacer la mantequilla, y disfrutar todos estos productos en familia; es algo que marca y hace parte de tu corazón y tu memoria.
Ahora cuando creces, eres médico y te das cuenta que no toleras bien la leche y que en tu recorrido de estudios encuentras muchas explicaciones ante tus molestias estomacales repetitivas, diarreas constantes e incomodas y aprendes a escuchar tu cuerpo, te dice que no tolera los lácteos, no es fácil cambiar el chip para iniciar el camino de decir no a la leche.
Y cuando ya no solo es lo que decides sobre ti, si no que tienes una hija y observas que presenta rinorrea constante, cada vez que consume yogurt le produce unas flatulencias terribles, pero tan solo tiene 2 años, enfrentas esta toma de decisiones de dar o no lácteos en contra de lo que te dice tu familia, la mayoría de los médicos y tu mundo en general.
En la medicina biológica se argumenta que el ser humano es el único que toma leche de otro animal, ya que no se ve en la naturaleza gatos tomando leche de perros, o cabras tomando leche de vacas. La leche tiene un objetivo claro durante un tiempo de maduración y crecimiento determinado, dependiendo de cada especie un tiempo definido, nunca durante toda la vida, ni edad de adultez como si lo hacemos los humanos.
Este consumo repetitivo y constante hace que la mucosa intestinal presente una inflamación constante que va aumentando progresivamente; esta mucosa es un tapete interno que continua en muchos de los sistemas, presentando diferentes tipos de células. Entonces cuando la inflamación continua se manifiesta en varios sistemas del organismo, encontrando hoy en día una altísima prevalencia de niños con manifestaciones inflamatorias y alérgicas en la consulta: como asma, rinitis alérgica, neumonías a repetición, cistitis, flujos vaginales, infecciones urinarias y gastrointestinales. Todo esto sumado a que la alimentación actual, esta predominantemente basada en alimentos procesados con presencia de colorantes y conservantes, dando como consecuencia el enlentecimiento de la matriz extracelular por toxicidad, acidificación y la inflamación de la mucosa, muestre como resultante una población que se enferme mucho mas..
Ahora, otro de los puntos a los que te ves enfrentado es el hecho de la manipulación y aparición de todas estas presentaciones de la leche; en bolsa, en caja, de larga vida, descremada, deslactosada, fortificada. Las convierten en alimentos procesados, entonces piensas qué es imposible que una caja de leche pueda durar hasta años en el
supermercado para ser consumida. ¿Este empaque no libera nada que altere el alimento? ¿Es verdad que nada toca la leche desde que sale de la vaca hasta que está en las cajas listas para consumir y no tiene ningún cambio y puede ser consumida mucho tiempo después?
Así que cuando obtienes información de conocimientos de técnica alimentaria, de nutrición en tu facultad, de tus estudios de especialidad en medicina biológica, de artículos de aquí y de allá, de intereses económicos importantes como son los países lecheros, cuando tienes una mamá diciéndote lo importante que es que consumas leche, cuando ves abuelos de 90 años que siempre la tomaron la leche de la vaca de la casa o del señor de la cantina que pasa en una camioneta repartiéndola; pero además vez esta cantidad de niños con asma, rinitis, patologías respiratorias tan repetitivas, y que desde bebes están usando inhaladores, con manifestaciones gastrointestinales todo el tiempo y consultas de sus madres por mal apetito de comida de verdad, por estreñimientos severos, te sientas en tu escritorio a iniciar tus consultas y no sabes, ni decides que hacer, que decir, que mandar o como cambiar o intervenir en la vida de todas estas personas que acuden a ti buscando esa sabiduría.
La leche es una de mis grandes incógnitas en la vida…
En definitiva lo que trato de hacer, es ver a cada persona tan única y especial para definir y enseñar a escuchar su propio cuerpo. Que le gusta, que necesita, que le produce y que no. Creo que esto hace mi trabajo más complejo, pero más lindo e interesante. Todo esto es lo que hace que hoy siga estudiando, para encontrar respuestas a las preguntas del don de ser médica.
* Pilar González Leal es Médica cursante de la Carrera de Médicos Especialistas en Nutrición