Ridner E. – agosto 2015
La autoridad europea (EFSA) emitió su opinión científica estableciendo en 950 mg diarios la ingesta de calcio recomendada para la población adulta y reconoció a los alimentos fortificados como fuente del mineral.
El consumo de calcio ha sido un amplio tema de debate en el mundo, ya que las recomendaciones originales que oscilan entre 1000 y 1200 mg diarios rara vez es alcanzada por la población, existiendo en numerosos países especialmente en América Latina altos grados de inadecuación. Esto ha llevado a preguntarse si el consejo «1 gramo por día» es realmente necesaria y sobre qué base está calculada. La presencia de osteopenia, considerado como el «gold standard» para evaluar las consecuencias de la carencia de calcio, es alta en el adulto mayor, y algunos estudios de intervención con suplementos de calcio a esa edad no muestran los beneficios esperados ni en la mejora de los índices de densidad ósea ni en la disminución de fracturas patológicas.
Interpretando a esta estrategia de suplementación tardía como poco eficaz, los esfuerzos se pueden enfocar hacia la prevención, acumulando calcio a lo largo de la vida a través de la alimentación.
Las conclusiones del panel de expertos (NDA) de la autoridad europea se han basado en el estudio de las pérdidas de calcio de la población calculadas en estudios recientes. Estas pérdidas renales e intestinales en la población sana fueron en promedio 715 mg diarios, a los que el panel sumó 40 mg de pérdidas estimadas por piel, totalizando poco más de 750 mg (requerimiento medio). Considerando el rango necesario para alcanzar al 95% de la población, lleva la ingesta recomendada a 950 mg por día. Adicionalmente se informan valores para poblaciones especiales (niños, adolescentes y embarazadas).
Reconoce como fuentes habituales a los lácteos, vegetales de hoja, legumbres, frutos secos, pescados blandos con huesos comestibles y alimentos fortificados.
Este documento introduce conceptos esenciales:
• Confirma la ingesta recomendada de «1 gramo por día» toda la vida
• Se basa en cálculos concretos de pérdidas corporales
• Reconoce a los lácteos como fuente habitual de calcio
• Incluye a los alimentos fortificados como parte de las recomendaciones nutricionales
El documento completo está publicado en: EFSA Journal 2015;13(5):4101 doi:10.2903/j.efsa.2015.4101