Watson E – mar 2020
Crece el cultivo de cáñamo impulsado por la demanda de CBD especialmente para bebidas.
Se espera que la gran mayoría (87%) del cáñamo cultivado en los EE. UU. se use para el procesamiento de CBD (cannabidiol) en 2019, según un nuevo informe del investigador de cannabis Brightfield Group, que estima que se plantaron 285,000 acres (140.000 hectáreas) de cáñamo industrial en los EE. UU. en 2019, en comparación con 78,000 acres en 2018.
La empresa estadounidense Bolthouse Farms en un comunicado de prensa dijo que planea
el lanzamiento de al menos 25 bebidas en forma de infusión con CDB en 2020, y otros fabricantes señalan iniciativas en el mismo sentido.
Ese informe puntualiza que ahora Estados Unidos es líder mundial en el cultivo de cáñamo con las mayores extensiones en Colorado, Oregón, Montana, Tennessee y Arizona. especialmente a través de granjas familiares que enfrentan precios bajos de productos básicos como el maíz y productos lácteos. Un acre (media hectárea) de cáñamo para el CDB podría potencialmente conducir a ingresos de más de 40.000 dólares, en comparación con menos de 1,000 para el maíz. El mercado estadounidense de alimentos y bebidas que ofrece desde bebidas relajantes hasta gomitas con CBD derivado del cáñamo podría valer miles de millones dólares.
Sin embargo la gran mayoría de los clientes consultados informaron que usaron CBD para aliviar el dolor, mejorar el estado de ánimo y el sueño, convirtiendo su uso en algo claramente medicinal. Curiosamente muchos también informaron uno o más efectos secundarios, como sequedad de boca, cansancio, ojos secos o inyectados en sangre y aumento del apetito.
Las infusiones con CBD son una de las bebidas donde hay mayor oferta, junto a numerosas aguas saborizadas. Los canales de venta son prácticamente todos, incluyendo supermercados, diversidad de tiendas comunes y de conveniencia, farmacias, comercios de alimentos dietéticos y especializados, etc.
Si bien la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos (FDA) ha declarado sistemáticamente que no considera que el CBD sea un ingrediente dietético legal, ya que se investigó por primera vez como un medicamento, su control se ha centrado hasta ahora en compañías que hacen afirmaciones en sus envases o publicidad, lo que permitió que los productores pueden meterse en el mercado bajo su propio riesgo.
Mientras tanto, la mayoría de las empresas más grandes esperan claridad de la FDA antes de introducir productos en el comercio.