Campana LF* – Octubre 2015

Las llamadas bebidas energizantes son de amplia distribución en el mercado y fácil acceso por su venta libre y el poco conocimiento de sus características reales puede llevar a confusión usándolas de forma indiscriminada, solas o en combinación con otras bebidas, en especial alcohol.

Las llamadas bebidas «energéticas» o «energizantes» se comercializan embotelladas o enlatadas, y contienen extractos de plantas, azúcares y otras sustancias. Los ingredientes más frecuentes son: taurina, cafeína, guaraná, ginseng, glucuronolactona y vitaminas. Algunas contienen minerales, inositol y creatina, entre otras sustancias.

Muchos de estos, en dosis excesivas pueden ocasionar problemas en la salud. Incluso, la Organización Mundial de la Saluda (OMS) sugirió que, por su composición y sus efectos, se las denomine «bebidas estimulantes».

La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) por su parte las clasificó dentro del grupo de suplementos dietarios, lo que puede llevar a confusión por parte de aquellas personas que consideren que con su dieta no alcanzan a cubrir los aportes nutricionales necesarios.

En la Argentina, el hábito de consumirlas aumenta cada vez más, y es preocupante su mezcla con alcohol, tal como vodka o champaña, especialmente en las llamadas «previas». Esto, en parte, se debe al incremento de su oferta en las cartas de bebidas de locales bailables y pubs. Asimismo, los estudiantes las toman para «concentrarse» mejor durante las épocas de exámenes y quienes practican actividades deportivas para mejorar su rendimiento.

Si bien no hay todavía muchos estudios científicos sobre sus efectos adversos en humanos, se han reportado casos de taquiarritmias, aumento de la presión arterial, dislipidemias (por su alto contenido en azucares) y deshidratación. La taurina y el alcohol inhiben la liberación de la hormona antidiurética por lo cual pueden actuar aditivamente sobre la pérdida de agua y sodio en el organismo en cortos períodos. Como consecuencia, pude producirse una rápida deshidratación con posibilidad de presentar un shock cardíaco. Uno de los ingredientes que más preocupa es la cafeína ya que su exceso en personas susceptibles está asociado con trastornos de salud como los problemas cardíacos, la irritabilidad, los trastornos del sueño y el nerviosismo.

En conclusión, considerando la variabilidad individual a la respuesta y en tanto no haya estudios definitivos acerca de su uso, parece recomendable consultar al médico antes de consumirlo, no utilizarlas en embarazo y lactancia, mantener fuera del alcance de los niños y evitar su combinación con alcohol.

*Luis Fernando Campana es Médico cursante de la carrera de Médicos Especialistas en Nutrición.