Silva R* – abr 2019
La avena contiene gran cantidad de vitaminas del grupo B, proteínas y una alta cantidad de fibra. Incluir la avena podría mejorar los valores nutricionales de la dieta libre de gluten.

La celiaquía es una enfermedad crónica caracterizada por la intolerancia al gluten (complejo proteico que forma parte de la composición de cereales como el trigo, la cebada y el centeno). Dicha intolerancia se da específicamente por las proteínas (prolaminas) que constituyen el gluten (gliadina en el trigo, secalina en el centeno y hordeína en la cebada). La celiaquía cursa con una respuesta inmunológica que provoca daño a nivel de la mucosa del intestino delgado, con la consiguiente malabsorción de nutrientes. La dietoterapia permite a la mucosa intestinal recuperarse, mejorando la absorción de nutrientes y disminuyendo los trastornos asociados, como debilitamiento del estado general, anemia u osteoporosis.

Una vez diagnosticado un paciente como celíaco lo más importante es un control riguroso de su alimentación, basada en una dieta libre de gluten (LDG) de por vida. Históricamente se ha considerado la dieta LDG como aquella libre de TACC (Trigo, Avena, Centeno y Cebada). No obstante, y gracias a las investigaciones de años recientes, se ha encontrado que la avenina (prolamina presente en la avena) no es responsable de la activación de la respuesta autoinmune en la mayoría de los pacientes celíacos, y solamente una pequeña fracción (alérgicos o sensibles a la avenina) podrían manifestar molestias al consumirla (Incluso la certificada LDG).

El estudio más consistente sobre la cuestión fue el dirigido por Esko Janatuinen, de la Unidad de Gastroenterología del Hospital Universitario Kuopio (Finlandia), hace más de una década. Se publicó en el New England Journal of Medicine (1). En este ensayo aleatorio, los investigadores estudiaron los efectos de una dieta libre de gluten con avena y sin avena en 52 adultos con enfermedad celíaca en fase de remisión y en 40 personas recién diagnosticadas de celiaquía. Con esta investigación se confirmó la teoría de que cantidades moderadas de avena pueden incluirse, sin efectos adversos, dentro de una dieta libre de gluten por la mayoría de las personas adultas con enfermedad celíaca. Al final del estudio la mayoría de los pacientes consumían una media de 30 g de avena por día.

Janatuinen prosiguió la investigación con el objetivo de analizar la seguridad a largo plazo de la ingesta de avena, en este caso durante 5 años. Durante este tiempo se realizó el seguimiento de 23 pacientes, consumidores habituales de avena, que habían participado en el estudio anterior. Los resultados se compararon con el grupo control (dieta libre de gluten sin avena). Los resultados del estudio, que se publicaron en la revista ‘Gut’, proporcionan la primera evidencia científica de la seguridad a largo plazo del consumo de avena dentro de una dieta LDG para personas adultas con celiaquía.

Sobre la base de estos nuevos hallazgos, un número creciente de profesionales de la salud y organizaciones de celíacos de todo el mundo ahora permiten el consumo de cantidades moderadas de avena certificada en la dieta LDG.
Lamentablemente la avena disponible en los supermercados no es apta para celíacos debido a la presencia de trazas de trigo. Estas trazas llegan allí durante la cosecha y/o post cosecha (transporte, envasado, almacenamiento, entre otros) porque la mayoría de los cultivos de este cereal se hace en las adyacencias de los cultivos de otros cereales como el trigo y el tratamiento post cosecha se realiza con la misma maquinaria.
La avena que se podría consumir seria aquella que está controlada desde el inicio de su cultivo para evitar la contaminación, que haya obtenido su certificado ´sin gluten´ y se comercialice en
paquete cerrado.

La dificultad en conseguir avena libre de gluten es realmente lamentable porque esto beneficiaria a aquellos que deben realizar una dieta libre de gluten, ya que este cereal puede aportar una cantidad de fibra interesante, uno de los problemas que suelen observarse en la LDG ya que la mayoría de los productos libres de gluten comercializados en supermercados o dietéticas son a base de harina de arroz y de maíz que contienen poca cantidad de fibra.
Para llegar a cumplir con los requerimientos de fibra necesarios y lograr un correcto funcionamiento de nuestro organismo en una dieta libre de gluten sería necesario aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra (donde podríamos incluir la avena) sin olvidarnos de realizar una dieta saludable y variada rica en frutas y verduras.

En conclusión, la avena en una dieta LDG aumentaría el valor nutricional de dicho tipo de dieta por su aporte en fibras, minerales, omega 6, vitaminas de grupo B y E.